martes, 26 de febrero de 2013

El hechizo


Hay un lugar en el bosque que esta oculto bajo muchas capas de arbustos. Es una zona donde siempre se escuchan susurros, palabras mágicas apenas perceptibles al oido humano. Esas palabras tan sólo las pueden escuchar los seres nacidos para convertirse en hadas y seres del mundo magico. Y para ello, antes de nada, es necesario que descubran su nombre. 


En un lugar muy muy lejano al bosque una niña jugaba con la tierra. La cogia con sus dos manitas y se quedaba ensimismada escuchando sus misterios. Le fascinaba el tacto de las pequeñas piedras y el encantaba sentir como sus manos se teñian de marrón, Cuando la tocaba podia oír antiquisimas historias.

Era una niña de mente ágil, incluso podia leer los pensamientos de quienes la rodeaban, saber sus emociones y caminaba tan rápido como un duende con sus pasos cortos y veloces.

La niña tenia una misión y cada mañana, su corazón se lo recordaba. También sabia que nadie debia conocerla antes de que llegase el momento adecuado.

Un dia, mientras movia un vaso con la mente por la sala de estar, éste estalló de repente en el aire, sin un motivo aparente. La niña se asustó. Un ser deforme se reia desde una esquina.

-Vaya, vaya... cuando te asustas ya no veo que seas tan sabia, pequeña niña- le dijo con su extraña voz. El ser deforme era algo parecido a un sapo feo y tenia un color amargo.

-Quién eres?- contestó la niña. - no me interesa nada lo que dices.

-Mira niña, yo he aparecido porque te estas haciendo mayor. Pronto cumplirás tres años y ya no podrás saber tantas cosas. Necesits entrar en el mundo gris y esas cosas que tu conoces, no sirven allí.

La niña miró al ser sin creer ni una sola de sus palabras:
-Esas cosas, como las llamas tú, forman parte de mi, vienen conmigo. Yo nací asi.- Le contestó energicamente.

-Ja, ja... qué lista eres! Ya veremos si es como tu dices... o como digo yo...-.Y al acabar esas palabras, el sapo dio un salto y desapareció. 

A pesar de que la niña no queria creer en sus palabras, el ser deforme logró crear una duda dentro de ella. De hecho, comenzó a sentir que ese ser se habia metido en su cabeza. Cuanto más pensaba en sus palabras, mas grande parecia crecer el poder del sapo dentro de ella. 

Aún así, la niña siguió hablando con la tierra y también con los árboles y todo parecia seguir con normalidad.

Hasta que un dia, cuando iba a hacer cuatro años, fue a casa de su abuela y jugando, encontró un gran espejo. Era un espejo envielto en madera y adornado con un dibujo que imitaba a un árbusto. Al abrir la puerta para ver el espejo, la niña se asustó, porque no se vio a si misma sino al ser deforme. Cerró de un golpe la puerta del espejo y comenzó a llorar. Le dio miedo contaáselo a sus hermanos, quienes jugaban también con el espejo. Tan solo permaneció muy triste todo el dia, muy quieta, sentada en las escaleras de piedra.

El terror la paralizaba y no se atrevia a decirle a nadie que comenzaba a pensar que el sapo feo tenia razón. 

Aquella noche soñó y soñó, sus sueños fueron muy desagradables, soñaba con leones muy fieros, y que corria por lugares oscuros, incluso con un fuego que la quemaba... y podia oír con claridad la fea risa del sapo casi todo el tiempo. 
Justo en el momento antes de amanecer, apareció el sapo en sus sueños. Habian desaparecido el resto de escenas terrorificas, tan solo estaban el sapo y la niña.
El sapo le comenzó a decir:
-Ves, querida niña que ya no eres sabia? Ya no tienes nada que decir, ni que hacer, ni tan siquiera que escuchar. Puedes ver que nadie ve la magia, tan solo tu? Y es mejor que nadie se dé cuenta porque te harán daño... Hum.. verás... ellos ya no viven alli y no lo entenderian.
La niña, aún dentro del sueño, comenzó a sentir una lucha interior muy fuerte, y empezó a moverse agitadamente en la cama. Hasta que de tanto dolor que le producian las palabras del sapo comenzó a gritar a pleno pulmón

- No!

Su madre vino a consolarla, la niña lloraba y estaba tan asustada que no pudo evitar preguntarle a su madre:

-Mama, mamá, verdad que existen las hadas y los duendes? Verdad que desde que el abuelo te acompaña mientras duermes?

La madre, se quedó pálida, si que habia sentido algo raro algunas noches, pero... pensar que era su padre era demasiado increible. Miró con seriedad a su hija y le contestó:
-Cielo, mi padre está muerto, de ninguna manera puede estar a mi lado. Siempre has tenido tanta imaginación. Y ahora descansa, acuestate y duerme, que tan solo has tenido una pesadilla. 

-Pero mamá, aparecerá el sapo...

-Cariño, atajó la madre aqui no hay ningún sapo, son invenciones tuyas.

- Pero... 

- Cielo, a dormir... Dejó la luz abierta y ya veras como se te pasa.  Pero la niña estuvo toda la noche despierta, la niña ya no sabia qué pensar y su tristeza se iba haciendo cada vez mas grande y más profunda. 

Al dia siguiente, le preguntó a sus hermanos:
-Oye, tu ves a un sapo?
-Un sapo, dónde?- le contestó uno de ellos-. Ya estás otra vez con esas cosas raras que te inventas. Lo único que yo veo es una pelota. Qué juegas? 

-No, no quiero jugar. 
La niña pensó para si que lo que ella veía era invisible para los demás, tal vez ella tambíen era invisible.Y se asustó aún más. Invisible!

Noche tras noche, caía en fuertes fiebres y se despertaba gritando. Hasta que una noche soñó que ella hablaba con el sapo:
-Sapo!! -gritó en voz bien alta- Tenias razón nadie que yo conozca, excepto yo ve este mundo. Es como si fuera invisible. Ayer vi un mundo gris y ese si que lo veian los demás. Pero a mi no me gusta. Creo que yo también me quiero hacer invisible, qué puedo hacer?

- No, no, no, no, no, no, no! Siete veces no! Tu obligación es vivir en el mundo gris!-contestó el sapo

-Prefiero ser invisible en el mundo gris. Al menos seguiré en el mundo que me gusta ya que no puedo vivir en el mundo invisible (esas últimas palabras las dijo en voz cada vez más baja...)

Debido a la fuerza de sus palabras, comenzaron a hacerse realidad...  Y se despertó del sueño. 

Habia comenzado el dia, pero se sentia diferente. Y sus hermanos también la miraban ligeramente extrañados. Ese mismo dia, su padre les anunció una nueva noticia: llegarian tres nuevos miembros a la familia: un nuevo hermano, un gato y un hamster.

 Y ella debido a su reciente invisibilidad, apenas podia moverse para celebrarlo.  

-Que te pasa? Estás tan rara!- dijeron sus hermanos.

Y ella lloró sin que nadie lo supiera, pues sus lágrimas eran invisibles.

Y así pasaron muchos años. La niña, lloraba tan a menudo que el mundo invisible creo un mar con el nombre de la niña... 

La niña invisible con el paso de los años, se convirtió en una mujer invisible. Debido a su condición de invisibilidad, la confundian con otras personas o simplemente la ignoraban en las colas de los cines o los supermercados, de tal  forma que tan solo la hacian real dos cosas: su voz y sus ojos profundos como el mar invisible que habia creado con sus lágrimas a lo largo de los años. A simple vista, nada hacia imaginar quien era aquella persona que se escondia bajo un hechizo de la invisibilidad.

La mujer vivia en el mundo gris incómoda, para ella, todo requeria mucho esfuerzo y era inmensamente aburrido.

Hasta que, un dia, vio una estrella fugar en el cielo. Fue en una bella noche de agosto, en un lugar rodeado de naturaleza agreste. El silencio era lo único que se podia escuchar. Y, de repente, a una velocidad increible, apareció la estrella fugaz. Esta cruzó todo el cielo, cosa extraña. Hasta parecia que estaba mirando atentamente a la mujer, o eso pensó ella.

Y algo muy antiguo, muy ancestral se despertó en su interior.
Aquella noche sus sueños fueron agitados, la fiebre atacó su cuerpo, pero, a pesar de ello, cada dia se despertaba con una dulce sonrisa sin entender porqué.

La mujer habia llegado a ese lugar para descansar. Habia estado muchos años trabajando en un edificio gris, con mesas grises y rodeada de rostros grises. Y un impulso extraño la llevó a pedirse unos dias para descansar. Aseguro a todos los que la rodeaban que tan se encontraria mejor si viajaba sola al lugar.

La estrella fugaz la visito la primera noche de su descanso, el resto de dias, la mujer los dedicó a pasear por el rio, por los prados, a mirar el cielo de dia y de noche y a caminar descalza. Comia fruta y verdura que cultivaban sus vecinos y dormía como un bebé. Hacia tiempo que no se sentía protegida cuidada y en casa.

La última noche, antes de volver a su vida gris, no encontraba el momento de irse a dormir y decidió caminar por el bosque pues ya sabia que la luna la guiaria y protegeria sus pasos. Algo en ella le indicaba el camino y, sin saber cómo, comenzó a ver su cuerpo envuelto por una crisálida plateada. Era como si todo su cuerpo estuviera tapado por ella y la estuviera manteniendo invisible.

Cuanto más adentro del bosque caminaba, mas nitida se hacia su envoltura plateada. Y miró al cielo y se dio cuenta de que no podia ver ni oir ni tocar, ni sentir nada real a través de esa crisálida.

Trató de romperla con sus manos, con sus dientes, con sus pies. Y finalmente se sentó cansada de tanto esfuerzo. Se puso a mirarla con mucha atención. Era como una tela con brillos plateados, muy bonita. La tocó y sintió su aspereza, emitia un crujido singular al tocarla.

De repente, se dio cuenta de que siempre habia vivido rodeada de una tela que no permitia que nadie se acercara verdaderamente a ella, ni le podian tocar, ni la podian escuchar, y sus palabras llegaban opacas a los demás y aceptó que con sus ojos nunca habia visto con claridad lo que le rodeaba.

Y en ese momento supo que era presa de un hechizo.

Y le vino a la mente el sueño del sapo, recordó sus palabra siendo niña y el dolor que supuso para ella convertirse en invisible.

-Ya no quiero seguir siendo invisible para nadie. Ya no, quiero ser tal y como verdaderamente soy. Y que los demás me vean, me oigan, me toquen.

Y grito: - NO QUIERO SER INVISIBLEEEEEEEE!!!-

Un eco enorme resonó en el bosque. De nuevo el silencio invadió el lugar. Nada pasó a continuación. Y la mujer miró la tela que la mantenia encerrada. Sus ojos se mantuvieron fijos en ella un buen rato. Tanto que se quedó como hipnotizada.

Sin saber cómo los hilos plateados comenzaron a deshacerse, uno  a uno. Eran hilos que la envolvian como si estuvera dentro de un ovillo de lana y al salirse de su composición iban cayendo al suelo inertes y rigidos.

La mujer permanecia totalmente quiera, en trance, como dormida. Una vez todos los hilos habian caido al suelo, una pequeña hada apareció frente a la mujer. Era Lily, el hada tejedora, quien tras recorrer 20 rios, habia llegado a su destino.

-Hola, puedo quedarme con tus hilos? Veo que ya no los necesitas.

Su dulce y suave voz hizo que la mujer se despertara. Parpadeó varias veces mietras Lily seguia mirandola en espera de su respuesta.

-Y bien- insistió Lily- me darás los hijos de tu vieja crisálida?

La mujer, se dio cuenta de que era libre de su encierro. De un salto, tomo al hada en sus manos y dijo:

-Soy libre! - dime pequeña hada, tu me ves?

-Si, claro que te veo. eres bella y sabia como una antigua estrella polar- Lily siempre contestaba con vehemencia y sinceridad. 

-Puedes ver eso en mi?- el asombro de la mujer provocaba que sus ojos se hicieran enormes. 

- Claro es muy evidente- Lily seguia mirándola entre serena y divertida.

-Por favor, quédate con mis viejos hilos, claro que si. Y miró alrededor- me apetece lavarme con agua de luna.

-Si- contestó el hada-. Cuando renacemos es necesario hacerlo. Encontrarás una cascada al noroeste. Yo te acompaño. Además necesito pedirte otra cosa, sabia mujer. Como pudiste tejer una tela tan compacta con los hilos de las arañas?

- No sabia que fueran telas de araña.

- Pues si, teleas de araña de alta montaña.

- Cuéntame como pudiste hacer tu tela.

La mujer se quedo pensando. Yo de pequeña no quise perder este mundo, el nuestro con las hadas y los hermanos animales y las voces de la naturaleza. Y preferi hacerme invisible antes que permitir convertirme en un ser gris dentro de un mundo gris.

- Ah, la fuerza de un deseo!  Fueron tus palabras y tu sentimiento quienes crearon tu hechizo.

- Si asi fue. Y creo que fue lo mismo mi deseo opuesto lo que lo rompió.

- Ahora mujer no puedes volver al mundo gris. Hace años decidiste que formarias parte de este mundo Y... si te convirtieras en un hada?

- No sé tal vez..

- Quieres ser hada de agua, de fuego, de aire, de tierra?

La mujer sonrió. 

-Me encantaria ser hada de fuego.

- Pues ven conmigo al fonde del bosque para que tengas tu nombre de hada de fuego, viviras con nosotras por la eternidad.

Ambas sonrieron y se encaminaron al lugar donde las hadas descubren su verdaderon nombre...

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