lunes, 28 de octubre de 2013

Regresa la Magia






Mis pies descalzos caminaban rapida y cuidadosamente por el prado que nos conducia al lugar de encuentro. Podia haber llegado con los ojos cerrados, tantas veces habia recorrido ese camino... Y justo en medio del maravilloso bosque de altosárboles, la brisa me regaló un olor a rosas, venido sin duda de mi madre, que siempre me acompaña desde donde esta. Cerré los ojos e inspiré la sensación cálida y protectora que desprenden las rosas con su aroma.

Toqué dos troncos de dos árboles hermanos y sentí su alegria de pertenecer al bosque. Y al percibirla, me recordó que me tocaba reencontrarme con mis hermanas. Y comencé a caminar de nuevo bien rápido a pesar de las muchas piedras del desigual camino. Al llegar, todavia no habia amanecido, apenas el sol comenzaba a aparecer tímidamente. Abrí mi hatillo y dejé caer suavemente mis hierbas, piedras, y botecitos con esencias.

 Invoqué a la Madre, y susurré palabras de ayuda y protección, de amistad y de sanación. Recorri el circulo tocando cada una de las piedras, sintiendo como todas ellas tenian algo que recordarme y justo en el centro, me tumbé, me permití sentir la hierba en mi piel, la tierra llenandome de su amor y el viento aclarando mi mente. Fui a llamar al agua y pedirle su presencia a la pequeña fuente que habia cerca y tranquilamente comencé a hacer un fuego.

Mis compañeras de camino, mis hermanas fueron apareciendo de una forma suave y sutil, y podria escuchar el roce de sus vestidos mientras cada una hacia sus tareas, casi de memoria. Pareciamos bailarinas danzando movimientos sincrónicos armoniosos... Eramos belleza en movimiento... tal vez poesia hecha persona.


Y cuando todo estaba ya preparado, cada una buscó su piedra guardiana y se colocó delante de ella. Y nuestras manos se unieron... nos miramos a los ojos. A través de mis hermanas solo veia brillo, regocijo y alegria de compartir una vez más un encuentro mas que sagrado.


Nuestras voces cantando... nuestras peticiones habladas, la fuerza de nuestras manos unidas, la redondez del circulo unido por el corazón único y la presencia de la Madre Tierra y el Padre Cielo hicieron que olvidaramos quienes eramos y donde estabamos, que tan solo la magia nos envolviera...


Y en nuestra ultima canción de despedida cuando nuestras manos se desunieron, miré a mis hermanas como quien mira a un extraño, queria verlas como si no las conociera para ver la belleza que habia en cada una de ellas. Y aún las quise más. Y los abrazos, las risas, el chocolate y nuestro compartir hicieron que nuestras vidas conectasen con lo esencial, mas alla de cualquier circunstancia menos agradable.


Al volver a casa, con mis pies descalzos, mientras subia las escaleras de mi casita de madera, supe que algo habia cambiado, habia fuego en mi hogar y unas risas tal vez nuevas... qué nueva alegria habia venido a mi vida?
Respiré hondo y abri la puerta... la sorpresa fue... uno de los mejores regalos de mi vida.


Y lo abracé, como quien abraza a personas que ha llamado toda su vida y que, por fin, aparecen.

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