martes, 5 de marzo de 2013

El ser nacido del fuego


'fire' photo (c) 2007, matthew venn - license: http://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/

El hada de fuego estaba encantada con su nueva condición. Le apasionaba poder jugar con cada mar de fuego y poder ayudar al viento a dirigir mejor los brazos de su amigo alquimico.
El Fuego tenia un increible poder para transmutar todo aquello que le rodeaba. Y solían ser los mismos seres: los árboles, los prados y los propios animales quienes les pedian ayuda para ser transmutados. 
Estaba aprendiendo muchisimo y se sentia embriagada con el antiguo conocimiento que  transmitia el Fuego. 
Ahora le tocaba una tarea q no le resultaria facil. Siendo humana gris se habia rodeado escasamente de seres con los que intercambiar sus pensamientos sentimientos y vivencias. Habia sido en extremo reservada respecto a su opinión sobre las cosas y aún mas sobre las personas.
Eso le habia hecho ganar la fama de taciturna e impenetrable que poco tenia q ver con su verdadero caracter ligero y alegre. Ahora pensaba de sí misma que habia escondido su real naturaleza con excesivo esmero. 
Qué podia hacer como dama hada para convivir con el resto de seres del fuego? No sabia por dónde empezar. Bueno, de hecho todavia no habia visto ninguno. Y comenzaba a sentirse un poco sola. 
Se sentó en una piedra cerca de un pequeño riachuelo. Y puso su atención en el agua. Pronto se haria un fuego muy cerca, solo necesitaba esperar a que apareciera. 
El elemento ígneo hizo su aparición en el lugar en que moran las serpientes y hacia alli se fue la pequeña hada. 
Sentia hacia el fuego una fuerte atracción, era algo parecido al enamoramiento.  
Mientras se iba acercando un pequeño ser que iba mas deprisa que ella paso como un rayo y la dejo dando vueltas y semiatontada. Cuando pudo dejar de girar, el hada vio que habia sido un ser como ella quien le habia provocado semejante mareo. 
Y se acercó al ser con gran curiosidad. Él le permitió que lo observara. Rápidamente habia visto que era un hada nueva... pero no tan nueva. Habia algo que le gustaba de esa novata curiosa.  
- Qué, ya me has mirado lo suficiente?.- Se lo preguntaba con un aire tan seguro y resultón que hizo reir al hada. 
-Si... perdona. Es la primera vez q veo alguien como tú. 
- Pues será que no te has mirado en un reflejo de agua! .- Alargó su pequeño brazo hacia ella y le tocó la mejilla mientras decia:
-Yo soy Fhleyste. Y tú? Qué nombre te pusieron?  
-Phistiel, todavia me estoy acostumbrando.  
- Es un nombre muy hermoso y poco comun. El mio pertenece a una laaarga estirpe de seres de fuego. Porq no solo hay hadas duendes y trasgos q protegen y velan el fuego. Yo soy un hado, hijo de hada y del rey del fuego.- Y le explicó esto ultimo bien orondo y ufano. 
-Y el rey del fuego como se muestra? No es mas bien siempre ígneo... 
-Si es cierto.- respondió sorprendido-. Solo dos noches al año toma forma fisica. Son los dias mas extremos el dia de mas horas de luz seguidas y el el de más de oscuridad. Yo vine de la mas absoluta de las oscuridades... digo en un tono serio y mistico. 
- Ya se te ve! Dijo Phistiel... y comenzó a reirse....  
Él se sonrojo al ver q era tan resulta y risueña. Decidió que le caia bien . Ahora solo faltaba que quisiera ser su amiga.

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